En los últimos años, la crisis económica, entre otras causas, ha propiciado el auge en el consumo de las Marcas de Distribuidor (comúnmente conocidos como “marcas blancas”). A pesar de ello, la confianza de los consumidores en las Marcas “de toda la vida” continúa superando a las anteriores, como pone de manifiesto que en torno al 60% de las ventas del sector Gran Consumo (Alimentación, Bebidas, Droguería, Higiene y Cuidado Personal) desde 2012 pertenecen a las Marcas de Fabricante.
Pero, ¿cómo valorar la aportación social y económica de las Marcas de Fabricante? La Escuela de Negocios ESADE ha elaborado un estudio que analiza el papel de éstas como motores de crecimiento y generadoras de valor. La escuela ha concluido que el pasado año, las Marcas de Fabricante generaron el 7,4% del PIB español; una cifra que, en términos relativos, supera con creces el gasto dedicado a Educación a nivel nacional en el año 2015 (que se situó en el 4,31% del PIB, según los últimos datos disponibles).
La actividad de las Marcas de Fabricante también tiene una influencia decisiva en la creación de empleo, pues generaron más de un millón de puestos de trabajo en 2015, un 5,5% del total nacional. Además, esta cifra es tres veces más que los puestos de empleo creados por las Marcas de Distribuidor, diferencia que también atañe a la recaudación del Estado: las Marcas de Fabricante quintuplican la aportación de impuestos generada por las marcas blancas. De esta forma, contribuyen en más de 9.000 millones de euros de impuestos de manera directa e indirecta. Una cifra que supone un 5,7% del total tributado a nivel nacional.
Puedes acceder al estudio completo a través del siguiente enlace.
